Virgen del Prado - Manuscrito
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Y sigue el citado manuscrito: "En la muy noble y leal ciudad de Ciudad Real en 15 días del mes de abril de 1813. Por las mismas circunstancias que quedan relacionadas en la anterior noticia, dicho señor llustrísimo siguiendo los pasos que en toda época han dado nuestros antepesados de celebrar y hacer en esta iglesia parroquial de Ntra. Sra. Santa María del Prado la Mayor todas las funciones de preferencia, desde que se verificó la fundación de esta ciudad por el milagroso aparecimiento de María Santísima, como bien claramente se evidencia por la memoria que de unos a otros ha ido descendiendo hasta nuestros días, y de los muchos testimonios que lo publican conservados en las Casas Consistoriales y archivo de su iglesia y sobre abundantemente pone a nuestra vista los reales estandartes, pendientes en las bóvedas de su magnifico y suntuoso templo, de los Reyes coronados en las Españas verificó en ella la consagración de los Santos Oleos conforme lo ha de costumbre en la Santa Iglesia Catedral de Toledo, para cuyo fin se dispuso una espaciosa mesa junto a las gradas del Altar Mayor con cinco varas de longitud y dos de latitud cubierta de blanco adornada en la forma más agradable que presentaba una greca de galón morado y hojas de laurel, sobre la cual se pusieron cuatro floreros de mano en esta forma: en medio de ellos un crucifijo de plata con seis candeleros y velas encendidas, y las celebró S. Ilustrísima de Pontifical, asistiéndole como Maestro de Pontifical con capa blanca el Sr. D. José Ortega y Ganedo, Vicario Visitador Juez Eclesiástico Ordinario de esta Ciudad y su partido, con dalmáticas el Sr. Cura propio do dicha parroquia y el Dr. Bartolomé Martín de la de San Pedro; de Ministros del Altar. también con dalmáticas Don Esteban Ramón Sánchez de León, Cura Vicario de la de Santiago, y Don Pedro Sánchez del Pulgar, Teniente beneficiado de esta Santa María, asistentes de báculo, Don Serafín Pinto, cura propio de Ballesteros y para la mitra, Don Juan de Mata Gómez, también teniente beneficiado de esta iglesia, sirviendo de Maestro de ceremonia el de la Santa iglesia de Toledo, vistiéndose de presbíteros los señores don Lorenzo Almansa, teniente de cura, Don José Sabariegos, Don Jacinto Cruz, Don Antonio Alarcón, Don Antonio Molina, Don Benito Salcedo, capellanes de dicha parroquia, con don Francisco Mohino, teniente beneficiado, don Antonio León, Don Juan Palacios, Don Ramón Valverde, Don Manuel Rivas y Don Antonio Sendarrubias, los tres beneficiados de- la de San Pedro y los dos capellanes de la de Santiago, y de diáconos, Don Dionisio Ruiz del Valle, Don Juan Toral, Don Santos Encina, Don José Toral, Don Francisco Cárdenas, Don José Carrillo y Don Manuel Calderón de la Barca, capellanes asistentes del coro de la parroquia citada de Santa María del Prado, siendo los vestidos de subdiáconos Don José Cortés, Don José Orosco, Don Francisco Delgado, Don Antonio Acevedo, Don Pedro Moján, Don José Morales y Don José María Ormaza, asistentes al mismo coro y los anteriores a San Pedro y Santiago para todos los cuales se colocaron en las dos bandas de la mesa veintiséis sitiales de demascos, dejando lugar suficiente para el servicio de ella, y en su cabecera, mirando al Altar Mayor un reclinatorio para S. Ilustrísima, este de tisú y junto de él la silla de brazos con almohadón a los pies, sobre la cual pendía de la bóveda un dosel bordado de todos los metales: y a sus lados otras cinco sillas, también de brazos, éstas para los ministros del Pontifical y Altar; quedando otro dispuesto en la sacristía con frontal blanco, en' el que se colocaron las crismeras o ampollas hasta tanto que la sacaban en procesión formadas con ellas y los subdiáconos hasta la mesa de la consagración en la iglesia, a las que asistía la cruz procesional con acólitos, y concluída la ceremonia de la consagración se despedía a S. llustrísima como ya queda expresado; quien igualmente tuvo a bien de asistir a las tinieblas de Semana Santa, para cuyo fin se colocó la silla con el almohadón y reclinatorio con dos palmatorias en 61 en la mediación del coro, teniendo a los señores asistentes a la derecha e izquierda como asiento de preferencia, debiéndose advertir que las ampollas de la consagración fueron sacadas de Toledo cuando esta ciudad se hallaba con guarnición francesa, todo lo cual se estampó para que conste signado y firmado por mi, José Antequera, con el Sr. Cura como notario propio y ordinario de diligencia del Tribunal eclesiástico de esta ciudad y su partido en ella a 16 de abril de 1813. En testimonio de verdad; hay un sello notarial. Dr. Alonso López Noajas (rubricado) José Antequera (rubricado"). En el año 1931 al ganar democráticamente la república muchas iglesias fueron saqueadas y quemadas, no se salvó Ciudad Real de estos hechos y en Noviembre de 1936 ya en plena Guerra Civil, cuentan los que lo vieron: Tiraron a la Virgen del Prado al suelo y quedó enganchada en los candeleros, que volvieron a empujarla y calló al suelo desecha en pedazos, menos el Niño que quedó intacto, indignados lo destrozaron y quemaron todos los restos en el garaje de Solís. Durante la guerra la Catedral fue usada como garaje y también como albergue de tropas republicanas. Ciudad Real no tuvo nueva imagen hasta el primer día de Junio de 1940, tallada por el escultor catalán Vicente Navarro y policromada por Carlos Vázquez Ubeda, pero en 1949 la carcoma empezó a invadir la imagen por lo que hasta el 5 de Abril de año 1950 no se realizó la nueva talla por los escultores valencianos José María Rausell Montañana y Francisco Lloréns Ferrer, que es la que actualmente veneramos. |