Virgen del Prado - Descrip. del Santuario IV
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Los constructores tuvieron el buen juicio' de no cambiar la orientación y al hacer el ábside dejaron hechos los arranques de la bóveda que había de seguirse construyendo delante de aquél. Concluyeron la obra en el transcurso de mucho tiempo, en el tiempo que media entre principio del siglo XV, en el que hicieron el ábside, y los fines del XVI en que cerraron las bóvedas de los pies de la iglesia. Obra de singular audacia y maestría, reduciendo a una sola y amplísima nave una iglesia de tres, apoyándose en sus viejos muros laterales de mampostería, reforzados por el exterior y elevados a doble altura, voltear arcos y bóvedas sobre un vano de diez y siete metros y medio de luz, empresa atrevida para los técnicos de ahora, que resolvieron con gallardía y soltura los maestros artesanos de entonces. Por el lado del Evangelio, había un arco ojival, entrada de una de las antiguas capillas, según el padre Jara, con los escudos de armas de la Casa de Treviño, seguido de otro arco más moderno que da paso a la escalera del Camarín de la Virgen y a Ir, antigua capilla de los Foces. En el espacio en donde hoy está la citada escalera, estuvo la capilla de San Miguel. En el fondo de la iglesia, hasta principio de siglo, ocupado por el coro, obra del renacimiento, muy parecida en su corte y pormenores a la sacristía vieja y al coro de San Pedro. Tenía muchos relieves representando santos de buen dibujo, metidos en sendos recuadros. La parte de mampostería fue construida en 1581 por el cura párroco, licenciado, Manzano, con Antonio Fernández. En el lado de la epístola, dentro del ábside, había una capilla con bóveda de crucería del mismo gusto decadente de las construídas por Antonio Fernández. Tenía una reja de hierro repujado con los blasones de los Loaísas. Hoy sala capitular. En el muro que da al medio día hay, borradas casi por completo por capas de cal sus bellas líneas y sus elegantes relieves, una lindísima portada del renacimiento, que fue la entrada de l.¡ sacristía vieja. La escalera del Camarín de la Virgen, así como éste, tiene poco de particular, se construyó a finales del siglo XVII a expensas de don Felipe Muñoz, Contador de la Hacienda Real. En el libro que se conserva en el archivo parroquial de la Merced, con el núm. 546 y titulado: "Los esclavos de.la Madre de Dios del Prado de Ciudad Real" en el folio 47 da cuenta del siguiente suceso: "En 5 de julio de 1698 años se empezó a construir la escalera del Camarín de la Virgen, Nuestra Señora del Prado. A las 4 de la tarde de este día, se levantó una tempestad de truenos y aire, y cayó una centella que dió en la aguja del chapitel de la torre del templo, y no hizo más daño que derribar la pizarra, y entró en la iglesia, que estaba con mucha gente, y no hizo agravio; feneció en la entrada de la torre. Fue tan grande el trueno que tembló todo el templo, cayendo al mismo tiempo muchos pedazos de enlucido de la iglesia. Dióse a Dios las gracias y _a su Santísima Madre". En 1900 edificó a su costa una capilla el Canónigo Sr. Montes de Oca, y otra erigió a sus expensas también el Obispo Sr. Piñera en 1904. La primera se dedicó a Santo Tomás de Villanueva, Patrón de la Diócesis, y la segunda al Corazón de Jesús. En resumen, nada notable ofrece la arquitectura de este templo, de forma gótica muy decadente, sino la amplitud y espaciosidad de su única nave, por muy pocas superada en sus dimensiones de altura, 24 metros; longitud, 53 y 18 de latitud. Esta suntuosa nave acusa variaciones en su construcción y cambios más o menos accidentales en el estilo, respondiendo a diversas etapas en la edificación total, siendo lo más deplorable las reformas, casi siempre desacertadas, que en ella se han ido introduciendo, a través del tiempo, hasta estropear el mérito que en un principio tuviese. |